Hoy te traigo un flan de queso casero realmente espectacular: cremoso, suave, con una textura ligera que no se hace nada pesada y con un sabor a queso que recuerda ligeramente a una tarta de queso, pero manteniendo la esencia del flan tradicional. Es una receta que he preparado y repetido muchas veces para ajustar tiempos, cantidades y lograr el punto exacto que más nos gusta en casa. Después de varias pruebas —más huevos, menos queso, diferentes tiempos de horneado— por fin he encontrado la combinación perfecta para un flan de 10.
Además, se elabora con ingredientes sencillos y el proceso es muy fácil. Solo necesitas preparar un caramelo casero, mezclar los ingredientes del flan y hornearlo al baño María. El resultado merece muchísimo la pena: un flan cremoso recién hecho, con un sabor equilibrado y una textura irresistible. A continuación te explico paso a paso cómo prepararlo para que te salga perfecto.
Ingredientes
Para 6 flanes individuales:
- 3 huevos medianos
- 300 ml de leche entera
- 300 g de queso crema
- 115 g de azúcar
- 110 g de azúcar (para el caramelo)
- 1 cucharada de agua (para el caramelo)
Elaboración
Comenzamos preparando el caramelo. Para ello, coloca en una sartén o cazo 110 gramos de azúcar junto con una cucharada de agua. Ponlo a fuego medio-bajo y deja que se vaya formando el caramelo sin moverlo demasiado, solo girando ligeramente el recipiente si es necesario. Cuando el caramelo tome un tono ámbar y las burbujas de la superficie empiecen a desaparecer, retíralo inmediatamente del fuego para evitar que se queme.
Reparte el caramelo caliente en seis flaneras individuales. Es importante que tengas las flaneras preparadas con antelación, ya que el caramelo se endurece muy rápido. Colócalas dentro de una bandeja apta para horno y deja que el caramelo se solidifique mientras preparas la mezcla del flan.
En un bol amplio añade el queso crema junto con los 115 gramos de azúcar y mezcla hasta obtener una crema homogénea. Es fundamental que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente para evitar grumos y conseguir una mezcla suave.
Incorpora ahora los tres huevos, uno a uno o todos juntos, como prefieras. Al principio puede parecer que la mezcla se corta, pero es normal; sigue mezclando y verás que poco a poco la textura se vuelve cremosa y uniforme. Añade los 300 ml de leche entera y remueve hasta integrar por completo.
Una vez tengas la mezcla lista, pásala a una jarra para poder distribuirla con más facilidad en las flaneras. Reparte la preparación en cada molde, verás que la cantidad encaja exactamente en seis flaneras del tamaño estándar.
Rellena la bandeja en la que están las flaneras con agua caliente para hornear al baño María, procurando que el nivel del agua llegue aproximadamente a la mitad de la altura de las flaneras. Lleva al horno precalentado el horno a 170 °C, calor arriba y abajo, y hornea durante 40 minutos.
Tras este tiempo, los flanes estarán perfectamente cocinados: firmes pero cremosos. Sácalos del horno y déjalos reposar durante 10 minutos dentro de la misma bandeja con el agua, para que la cocción se estabilice. Después colócalos sobre una rejilla y déjalos enfriar por completo. Los puedes disfrutar templados —su estado más cremoso y delicioso— o guardarlos en la nevera una vez fríos.
A la hora de desmoldarlos, te recomiendo colocar las flaneras unos minutos dentro de un recipiente con agua caliente. Esto ayuda a que el caramelo se ablande y a que el flan se desprenda con facilidad de las paredes del molde. Solo tienes que pasar un cuchillo fino si deseas asegurarte y volcarlo sobre un plato.
Tras muchas pruebas, esta receta se ha convertido en mi versión definitiva del flan de queso: suave, cremoso, equilibrado y con un sabor increíble. Ojalá te animes a prepararlo.
A continuación te dejo el vídeo de esta receta.
