Hoy os traigo una receta de tarta de queso fácil, sin horno y muy original. Se trata de una tarta de queso arcoíris. La he puesto este nombre tan curioso por su decoración; nuestra tarta tendrá un montón de colores y la daremos la forma de un arcoíris.
Esta tarta de queso arcoíris queda con un sabor muy rico y con una textura muy cremosa, gracias a sus dos ingredientes principales: el queso crema y la leche condensada. Además es una tarta muy vistosa y divertida, ya que la masa de queso está teñida con colorantes alimentarios de varios colores.
VÍDEO-RECETA
INGREDIENTES
Para la tarta de queso arcoíris
- 600 gramos de queso crema
- 500 gramos de leche condensada
- 300 mililitros de nata (con un 35% de materia grasa)
- 6 hojas de gelatina, equivalentes a 10 gramos de gelatina en polvo (o grenetina)
- 1 limón (utilizaremos la piel y un chorrito de zumo)
- Colorantes alimentarios: rojo, amarillo y azul
Para la base de galleta
- 150 gramos de galletas
- 80 gramos de mantequilla
ELABORACIÓN
Comenzamos esta receta preparando la base de galleta. Para ello trituramos las galletas y las mezclamos con la mantequilla, previamente derretida, hasta que nos quede una «arena húmeda» de galleta. Ponemos la galleta en un molde desmontable de 23 centímetros de diámetro, y la distribuimos y compactamos por toda la base del molde. Reservamos el molde con la base de galleta en el congelador, mientras continuamos con la receta.
En un plato con agua fría ponemos a hidratar las hojas de gelatina. Por otro lado calentamos la nata en el microondas. Cuando la gelatina esté hidratada y la nata caliente, escurrimos las hojas de gelatina y las vertemos sobre la nata caliente. Mezclamos bien hasta que la gelatina se disuelva en la nata completamente y reservamos unos minutos.
Ahora en un bol ponemos el queso crema, la leche condensada, la ralladura de limón y el chorrito de limón, y mezclamos hasta que no queden grumos. Una vez que esté bien mezclado vertemos la nata, en la que hemos disuelto la gelatina, y mezclamos.
En este punto ya tenemos lista la masa de queso para nuestra tarta. Seguidamente la dividimos en cinco partes iguales, para teñir cada una de ellas de un color diferente.
Para no tener que comprar tantos colorantes diferentes, yo he utilizado tres colores básicos (rojo, amarillo y azul) y los he mezclado. Para el color verde mezclamos azul y amarillo, y para el color morado mezclamos rojo y azul. De esta forma teñiremos las cinco masas de queso de color rojo, amarillo, azul, verde y morado, respectivamente. Decir que, para teñir cada una de las masas, sólo tenéis que echar unas gotitas de colorante y mezclar con una cuchara.
Ahora que tenemos las cinco masas de queso bien teñidas comenzamos a montar la tarta. Para ello iremos vertiendo, sobre el centro del molde, las diferentes masas de queso teñidas, en este orden: rojo, amarillo, verde, azul y morado. En la siguiente foto podéis ver cómo yo lo hago:
En este punto ya tenemos nuestra tarta de queso arcoíris montada. La tapamos bien y la dejamos reposar en la nevera un mínimo de 8 horas, aunque a mí me gusta más como queda de un día para otro.
Tras las horas de reposo desmoldamos la tarta y la cortamos justo a la mitad, formando dos semicírculos. Con la ayuda de un aro cortapastas, o si no tenemos de un vaso, recortamos la parte central de uno de los semicírculos, para que tome la forma arqueada del arcoíris, tal y cómo se ve en la siguiente foto:
Y ya tenemos nuestra tarta de queso arcoíris lista para sorprender y disfrutar.