Me encanta preparar postres tradicionales, sencillos y llenos de sabor. Por eso hoy quiero compartir con vosotros mi receta de natillas caseras, un postre delicioso y muy fácil de preparar.
Las natillas se elaboran con ingredientes básicos, como la leche, unas yemas de huevo, azúcar, Maizena y aromatizantes (canela, vainilla, limón, naranja, etc.). Estos son alimentos económicos que casi siempre solemos tener en casa.
Estas natillas caseras quedan muy sabrosas, gracias a que previamente vamos a aromatizar la leche con piel de limón, canela y vainilla. Una combinación de aromas que aportarán un rico sabor a nuestras natillas. Además, esta receta de natillas queda perfecta de dulzor y con una textura densa, suave y cremosa.
¿Te animas a prepararlas? Pues vamos a ello…
Ingredientes de la receta
- 1 litro de leche entera
- 6 yemas de huevo
- 150 gramos de azúcar
- 1 + 1/2 cucharada sopera de Maizena (harina de fécula de maíz)
- 1 rama de canela
- 1/2 vaina de vainilla
- 2 trozos de piel de limón
Elaboración de la receta
Comenzamos calentando y aromatizando la leche. Para ello ponemos la leche en una olla al fuego junto con la canela, la vainilla y el limón. Dejamos que la leche se caliente y, justo antes de que comience a hervir, la tapamos, la apartamos del fuego y la dejamos que repose y se aromatice.
Seguidamente, mientras la leche se aromatiza, separamos las yemas de las claras de seis huevos. En esta receta solo necesitamos las yemas, por lo que las claras las podemos utilizar para otras recetas.
Ahora que tenemos las yemas separadas en un bol amplio, añadimos el azúcar y la Maizena, y mezclamos hasta que los tres ingredientes queden bien integrados.
En este punto ya tendremos la leche bien aromatizada, además seguirá algo caliente. Debemos cuidar que esté tibia, y no excesivamente caliente, para el siguiente paso. Seguidamente vertemos la leche en una jarra, a la vez que la colamos para que no caigan natas de leche, ni restos de canela, vainilla o limón.
Hecho esto vertemos la leche aromatizada en la mezcla de yemas. Lo haremos poco a poco y sin parar de remover, para que las yemas no se cuajen y estropeen la mezcla.
Seguidamente vertemos la mezcla en la olla y la ponemos al fuego. Debemos calentar la mezcla a fuego medio-bajo, ya que en ningún momento tiene que llegar a hervir. También debemos remover continuamente, para evitar que la mezcla se nos pegue y se formen grumos.
Tras unos minutos al fuego, veremos que desaparece la espuma que se había formado inicialmente en la superficie de la mezcla, y además esta comienza a estar más espesa. Poco a poco se irá espesando la mezcla aun más, hasta convertirse en unas natillas suaves, cremosas y sin grumos.
En este momento apartamos la olla del fuego y, tras unos minutos de reposo, servimos las natillas en los recipientes que más nos gusten. Decoramos la superficie de cada natilla con una galleta María y con un poco de canela. Tapamos los recipientes con papel film y dejamos que se enfríen a temperatura ambiente. Una vez frías, reservamos nuestras natillas en la nevera durante unas horas.
Pasadas las horas de reposo ya las tendremos listas para comer, fresquitas y sabrosas.
A continuación podéis ver el vídeo con el paso a paso.