Hoy vamos a preparar unos ricos bollos de leche con pepitas de chocolate. Se trata de una receta de bollos caseros conocidos comercialmente como Weikis o Doowaps.
Estos bollos de leche con pepitas de chocolate quedan con una miga tierna y esponjosa, y el propio bollo tiene muy buen sabor. En cada bocado nos encontramos con pequeños trozos de chocolate que, combinados con el sabor del bollo, resultan en una mezcla de sabores deliciosa.
Ahora que tenemos que estar en casa y tenemos algo más de tiempo para meternos en la cocina, os recomiendo que preparéis estos Weikis o Doowaps caseros. Sin duda os van a sorprender, por lo fáciles que son de preparar y por lo ricos que están.
Ingredientes de la receta
- Harina de fuerza (500 g)
- Levadura de panadero (7 g ; equivalente a 25 g de levadura fresca)
- Leche (220 ml)
- Azúcar (80 g)
- Aceite de oliva o girasol (60 g)
- Huevos (2)
- Sal (1 cucharadita)
- Chips de chocolate (150 g)
(*) Si lo necesitas, puedes consultar nuestras tablas de medidas y equivalencias.
Elaboración de la receta
Comenzamos mezclando la leche templada con la levadura y con dos cucharadas de azúcar, del total que necesitamos para la receta. Reservamos esta mezcla unos minutos.
Ahora, de los dos huevos, separamos las yemas de las claras. Para la masa vamos a utilizar solo las yemas. Las claras las reservaremos en la nevera, ya que las vamos a utilizar más tarde para pintar los bollos antes de hornearlos.
A continuación en un bol grande mezclamos la harina, la sal y el resto del azúcar que nos queda. Añadimos las yemas, el aceite y la mezcla que hicimos al principio, de leche, azúcar y levadura. Mezclamos bien hasta integrar todos los ingredientes en una masa.
En este punto ponemos la masa sobre una superficie de trabajo y la amasamos durante unos minutos, hasta conseguir una masa unificada.
Tras unos minutos amasando ya tenemos la masa en su punto perfecto.
Formamos una bola y la colocamos dentro de un bol, previamente engrasado con unas gotitas de aceite, para que la masa no se pegue. Tapamos el bol con papel film y dejamos que nuestra masa repose, en un lugar preferiblemente cálido. El intervalo de reposo puede variar de 1 a 2 horas, dependiendo de la temperatura a la que esté expuesta la masa (a más calor, menos tiempo de reposo).
Pasado el tiempo de reposo veremos que la masa ha aumentado su volumen. La ponemos en la superficie de trabajo y con las yemas de los dedos la aplanamos ligeramente. Colocamos encima de la masa los chips de chocolate. Estos últimos los habremos tenido reservamos en el congelador, para que ahora estén bien fríos y así, al integrarlos en la masa, no se derritan.
Envolvemos la masa y la damos una forma plana y redonda, dejando en el interior los chips de chocolate.
Seguidamente cortamos la masa en dieciséis porciones iguales. Cogemos una a una cada porción y la vamos dando forma de bola, metiendo los pliegues de masa hacia dentro, por la parte inferior. Todo esto lo haremos sin manipular la masa en exceso, para que el calor no derrita nuestros chips de chocolate.
En este punto, que ya hemos formado todas las bolas, las colocamos en una bandeja de horno forrada con papel de hornear. Cubrimos la superficie con papel film y dejamos que las bolas reposen durante 1 hora.
Tras el reposo veremos que las bolas han aumentado ligeramente su volumen.
Ahora colocamos encima de cada bola unos chips de chocolate, a modo de decoración, y por último las pincelamos con la clara de huevo que habíamos reservado en la nevera. Esto lo hacemos para que los bollos queden con un bonito color dorado al salir del horno.
Hecho esto llevamos los bollos al horno, que lo tendremos precalentado a 180 ºC con calor arriba y abajo, durante 15-20 minutos. Colocaremos la bandeja en el horno a media altura, para que los bollos se cocinen de manera uniforme.
Pasados 20 minutos ya tenemos nuestros bollos de leche con chips de chocolate bien horneados y dorados. Con cuidado de no quemarnos, los vamos colocando sobre una rejilla para que se enfríen completamente.
Cuando nuestros bollos de leche estén fríos, ya podremos comerlos. Si son muchos y sobran, se pueden congelar; quedan igual de ricos que recién hechos.
A continuación os dejo el vídeo en el que yo misma he preparado estos ricos bollos caseros.