Recientemente he descubierto una receta de masa de pizza muy sorprendente. Se trata de una masa de pizza elaborada con harina de trigo común, sin levadura de panadero, sin apenas amasado y sin reposo.
Aparte de harina, esta masa de pizza se elabora con un ingrediente que no es habitual en la elaboración de este tipo de masas: el yogur natural. A la masa se le añade la misma cantidad de harina que de yogur, y os aseguro que queda una pizza con un sabor suave, más bien neutro, y sin el característico toque ácido del yogur. Además la textura de la pizza, una vez horneada, es suave, esponjosa y aireada. Esto último es gracias a que pondremos un poco de impulsor químico (conocido popularmente como levadura química, levadura Royal o polvo para hornear) a nuestra masa de pizza.
Con las cantidades que os indico en los ingredientes sale una pizza grande, para dos personas comilonas. Si lo preferís, podéis dividir la masa en dos y hacer dos pizzas individuales. También podéis hacer una pizza algo más pequeña, variando proporcionalmente la cantidad de ingredientes.
Lo mejor de todo es que tendremos una pizza lista para comer en unos 15 minutos. Tiempo más que suficiente para elaborar la masa, mientras se calienta el horno, montarla y hornearla.
Ingredientes de la receta
Para la masa:
- Harina de trigo (200 g)
- Yogur griego natural sin azúcar (200 g)
- Impulsor químico o polvo para hornear (6 g)
- Sal (6 g)
Para montar la pizza podéis utilizar los ingredientes que más os gusten. En mi caso han sido:
- Aceite de oliva
- Tomate frito
- Orégano
- Mozzarella
- Bacon
- Maíz
- Tomatitos
- Cebolleta
(*) Si lo necesitas, puedes consultar las tablas de medidas y equivalencias en cocina y repostería.
Elaboración de la receta
Comenzamos encendiendo nuestro horno, para que se caliente a una temperatura de 225 ºC, con calor arriba y abajo. Colocamos dentro de nuestro horno, en la zona inferior, una bandeja de horno. Esto lo hacemos para que la bandeja esté bien caliente en el momento en el que pongamos encima nuestra pizza. De este modo conseguimos que nuestra pizza se hornee más rápido y que la base quede dorada y crujiente.
Ahora en un bol mezclamos la harina con el impulsor químico (o polvo para hornear) y la sal. Añadimos el yogur y mezclamos todos los ingredientes.
Seguidamente, con la mano bien limpia, amasamos dentro del propio bol durante un par de minutos, hasta unificar los ingredientes en una bola de masa.
En este punto, que ya tenemos terminada nuestra masa de pizza, la colocamos en la superficie de trabajo sobre un papel de hornear. Espolvoreamos un poco de harina sobre la masa y la estiramos, con la ayuda de un rodillo, hasta conseguir una masa fina y redonda.
Ahora extendemos un poco de aceite de oliva sobre la masa y montamos nuestra pizza con los ingredientes que más nos gusten. En mi caso he puesto una base de tomate frito, orégano, mozzarella, bacon, maíz, tomatitos cherry, cebolleta y un poco más de mozzarella.
Hecho esto llevamos nuestra pizza al horno, que ya estará caliente a una temperatura de 225 ºC, con calor arriba y abajo. Colocamos nuestra pizza sobre la bandeja caliente y dejamos que se hornee durante 10 minutos, hasta que la base esté dorada y el queso fundido.
Tras el tiempo de horneado cortamos nuestra pizza en porciones y la comemos de inmediato bien caliente.
A continuación podéis ver el vídeo en el que os muestro el paso a paso de esta receta.