
Este postre en vasitos de crema Kinder casera es una de esas recetas que sorprenden por lo fácil que es y lo espectacular que queda. No necesita horno, se prepara con pocos ingredientes y tiene una textura cremosa con un contraste crujiente que recuerda mucho a los clásicos postres tipo Kinder.
Es perfecto para servir como postre individual, para una comida especial o simplemente para darte un capricho dulce. Además, al presentarse en vasitos, queda muy vistoso y se puede preparar con antelación, algo que siempre se agradece.
La base es una crema suave de queso, nata y crema de avellanas, acompañada de galleta y una capa final de chocolate con leche que aporta ese toque crujiente tan característico.
Ingredientes (para 4 vasitos)
- 150 g de crema de leche y avellanas
- 100 g de queso crema
- 100 ml de nata para montar
- 80 g de galletas
- 100 g de chocolate con leche
- Kinder Bueno para decorar
Elaboración
Comenzamos preparando la crema. En un bol ponemos el queso crema y lo mezclamos ligeramente para que se vuelva más suave y manejable. A continuación añadimos la nata para montar y la crema de leche y avellanas. Es importante que tanto el queso como la nata estén bien fríos, recién sacados de la nevera, ya que así conseguiremos una crema con más cuerpo y consistencia.
Mezclamos todo con unas varillas, sin necesidad de batir en exceso, hasta obtener una crema densa, lisa y bien integrada, sin grumos. Una vez lista, la pasamos a una manga pastelera o a una bolsa de congelación para facilitar el montaje de los vasitos.

En la base de cada vaso repartimos las galletas troceadas. No es necesario triturarlas demasiado; lo ideal es que queden pequeños trozos para aportar un punto crujiente. A continuación cubrimos con una capa generosa de la crema Kinder casera.

Tapamos los vasitos y los llevamos al frigorífico durante una o dos horas, para que la crema se enfríe y coja consistencia.
Pasado este tiempo, derretimos el chocolate con leche al baño María o en el microondas, en intervalos cortos, y dejamos que se atempere ligeramente. Lo repartimos con cuidado sobre la crema, formando una capa fina en la superficie.

Decoramos con un trocito de Kinder Bueno y volvemos a llevar los vasitos a la nevera hasta el momento de servir, para que el chocolate se endurezca ligeramente y cree una capa crujiente al romperla con la cuchara.

El resultado es un postre muy cremoso, con sabor intenso a avellanas y chocolate, y un contraste de texturas que lo hace irresistible.
A continuación te dejo el vídeo esta receta.
