Hoy os traigo un postre muy fácil de preparar, ligero y sin horno. Se trata de una tarta de queso con miel y frutos secos, elaborada en versión individual.
Una de las cosas que más me han gustado de esta tarta es su textura. Aunque lleva gelatina, no queda demasiado gelatinizada ni gomosa, su textura es más bien suave y cremosa. En cuanto al sabor deciros que queda muy buena, se perciben todos los sabores de los ingredientes con los que está elaborada: queso, yogur, miel y frutos secos.
Para esta receta he utilizado una mezcla de frutos secos que combinan muy bien y aportan color a nuestro postre. Además, también aportan un sabor y una textura muy interesantes al conjunto de la tarta.
Ingredientes de la receta
(Cantidades para 4 mini-tartas individuales)
- Queso fresco (220 g)
- Yogur natural desnatado sin azúcar (125 g)
- Miel (3 cucharadas)
- Orejones (50 g)
- Pasas (30 g)
- Nueces (30 g)
- Gelatina (4 hojas, equivalentes a 6 g)
(*) Si lo necesitas, puedes consultar las tablas de medidas y equivalencias en cocina y repostería.
Elaboración de la receta
Para esta receta vamos a utilizar como moldes individuales cuatro envases de yogur, algo sencillo que todos solemos tener en casa. Una vez vacíos los lavamos bien, los secamos y los reservamos para utilizar posteriormente. Estos moldes no hay que engrasarlos, nuestro postre se desmoldará con mucha facilidad.
Comenzamos troceando los frutos secos: los orejones, las pasas y las nueces. Los mezclamos en un cuenco y los reservamos.
Seguidamente ponemos a hidratar las hojas de gelatina en agua fría, durante unos 4-5 minutos. Una vez hidratada la gelatina la rescatamos del agua, la escurrimos bien y la ponemos en un recipiente apto para el microondas. La llevamos al microondas y la calentamos durante unos segundos, para que se vuelva líquida.
Ahora, dentro del vaso de la batidora, ponemos el queso freso, el yogur, la gelatina líquida y la miel. Seguidamente, con la ayuda de la batidora, lo trituramos todo bien hasta conseguir una crema homogénea.
La miel la tenéis que poner al gusto, en función del grado de dulzor que prefiráis. Os recomiendo que pongáis dos cucharadas de inicio y posteriormente, una vez triturada la crema, comprobéis su dulzor. Si lo creéis necesario, en este punto se puede añadir una cucharada más de miel. Si no os gusta la miel o no podéis consumirla, podéis añadir otros tipos de endulzantes.
En este punto, que ya tenemos una crema de queso homogénea, la distribuimos en los vasitos de yogur, hasta llenar la mitad de cada envase. Sobre la crema repartimos dos cucharaditas de frutos secos y vertemos encima el resto de crema.
Por último repartimos el resto de frutos secos que, al desmoldar, quedarán como base de las mini-tartas. Hecho esto tapamos los vasitos y los reservamos en la nevera un mínimo de 4 horas, o bien de un día para otro.
Tras las horas de reposo desmoldamos nuestra tarta, volteando el envase de yogur sobre un plato. Seguidamente, con la ayuda de unas tijeras, hacemos unos cortes en la base para que desmolde más fácilmente, tal y como se ve en la siguiente imagen:
Agitamos ligeramente el envase de yogur y dejamos que nuestra tarta caiga por sí sola.
Acompañamos nuestra tarta de queso con un poco más de miel y unos frutos secos. Mirad cómo queda el interior de la tarta, se ven los frutos secos y la capa del queso.
A continuación podéis ver el vídeo con el paso a paso de este rico postre.