El Pastel Inteligente, también conocido como «pastel mágico» o «tarta inteligente«, es un postre por capas muy original. A pesar de su nombre, no os asustéis, porque es una receta de pastel fácil de preparar.
Se trata de un postre originario de Rumanía, donde se le conoce con el nombre de «prajitura desteapta«, de ahí la traducción de «pastel inteligente» con el que es conocido. También puede que algunos lo conozcáis por «magic cake«, que es su traducción directa al inglés.
Debe su nombre de «pastel inteligente» a que, a partir de una única masa, una vez horneada, acabamos obteniendo un pastel con tres capas y texturas bien diferenciadas: una capa superior de bizcocho, una capa intermedia con textura de flan, y una capa inferior con la consistencia de un pudin (o budín).
Como podréis imaginar, el resultado de este pastel es una auténtica delicia, ya que en cada bocado encontraremos tres texturas diferentes (bizcocho, flan y pudin), todas ellas con un rico sabor.
Os animo a que preparéis esta receta de pastel inteligente (o tarta inteligente) porque en vuestras casas os van a adorar.
VÍDEO-RECETA
INGREDIENTES
- 5 huevos
- 500 mililitros de leche
- 125 gramos de mantequilla
- 140 gramos de azúcar
- 120 gramos de harina
- 1 limón
ELABORACIÓN
Comenzamos la receta derritiendo la mantequilla durante unos segundos en el microondas. Una vez derretida, dejaremos que se enfríe.
Seguidamente separamos las yemas de las claras de los cinco huevos que necesitamos para la receta. Aquí es conveniente que los huevos estén a temperatura ambiente.
Ahora montamos las claras a punto de nieve. A mí me gusta poner una pizca de sal en las claras para que monten mejor.
Una vez montadas las claras, las reservamos y comenzamos a trabajar con las yemas. Para ello añadimos el azúcar al recipiente donde tenemos las yemas y, ayudándonos de unas varillas, batimos bien hasta conseguir una mezcla espumosa y blanquecina.
A continuación agregamos la mantequilla que derretimos al comienzo de la receta (y que ahora ya estará fría) y la integramos en la mezcla de yemas y azúcar.
Seguidamente añadimos la leche (a temperatura ambiente), la harina y la ralladura de limón. Integramos todos los ingredientes hasta que tengamos una masa homogénea y sin grumos.
Finalmente, para terminar la masa de nuestro pastel inteligente, vamos integrando las claras (que hemos montado a punto de nieve) con movimientos suaves y envolventes.
Como podréis comprobar, queda una masa muy líquida y no se pueden integrar las claras en su totalidad, resultando una masa de pastel un tanto grumosa, como se ve en la foto:
Ahora que ya tenemos la masa de nuestro pastel inteligente terminada, la vertemos sobre un molde cuadrado de 20×20 centímetros, previamente forrado con papel de hornear para que el pastel no se pegue al molde y se desmolde mejor. No os recomiendo que utilicéis un molde muy grande para hacer este pastel, ya que os quedará un pastel muy bajo y, por tanto, no se diferenciarán bien las tres capas (o texturas) tan características de este pastel.
Seguidamente llevamos el molde al horno, precalentado a 180 ºC , y horneamos el pastel durante 10 minutos a esta temperatura. Tras 10 minutos de horneado bajamos la temperatura del horno a 160 ºC, para que el pastel continúe horneándose durante 40 minutos más. En total este pastel necesita 50 minutos de horneado, aunque en mi caso no estuvo listo hasta que pasaron 60 minutos.
Tras comprobar que el pastel está bien hecho, lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar completamente dentro del molde.
Una vez que el pastel inteligente esté frío, lo cortamos en porciones cuadradas, le espolvoreamos azúcar glas y ponemos un poco de ralladura de limón por encima, para decorar la superficie del pastel.
Y ya está listo para degustar. Servimos un trocito de nuestro pastel inteligente para endulzarnos tras una rica comida, o bien para merendar acompañado de un té o de un café.