Hace unos meses hicimos por primera vez un pastel de queso japonés, con chocolate blanco, que tan sólo llevaba tres ingredientes. Pues bien, como nos gustó tanto y es un pastel de queso tan fácil de preparar, he decidido volver a hacerlo, pero esta vez, en lugar de chocolate blanco, lleva Nutella.
He de deciros que ha sido todo un acierto hacer este pastel de queso con Nutella, ya que tiene muchísimo sabor a esta rica crema de chocolate y avellanas, a la vez que conserva esa textura tan esponjosa y característica del pastel de queso japonés. Nos queda una receta de pastel de queso realmente deliciosa, deshaciéndose en la boca sin apenas morderlo, gracias a su textura aireada.
INGREDIENTES
(para 2 ó 4 personas)
- 120g de Nutella
- 120g de queso crema
- 3 huevos
ELABORACIÓN
Empezamos separando las yemas de las claras, de los tres huevos que necesitamos para esta receta.
En un bol ponemos las tres yemas (reservando las claras para más adelante), el queso crema y la Nutella.
Seguidamente mezclamos bien el conjunto, hasta que nos quede una crema homogénea, y la reservamos unos minutos.
Ahora, con unas varillas eléctricas montamos las claras que teníamos reservadas, hasta que queden bien firmes.
Una vez que hemos montado las claras las vamos a ir integrando, poco a poco y con movimientos suaves y envolventes, en la mezcla que teníamos reservada de yemas, queso y Nutella, hasta que nos quede una masa bien uniforme.
Ponemos la masa en un molde pequeño. En mi caso he utilizado un molde rectangular (tipo cake) de silicona. Como este pastel lo vamos a hornear al baño maría, debemos poner el molde dentro de otro recipiente con agua caliente (ver foto siguiente).
Para que el pastel quede perfecto, con una textura esponjosa y aireada, lo vamos a hornear durante 45 minutos en tres pasos, partiendo de un horno precalentado a 170 ºC :
Primer paso: Horneamos a 170 ºC durante 15 minutos.
Segundo paso: Ahora bajamos la temperatura del horno a 160 ºC y dejamos que se siga horneando otros 15 minutos.
Tercer paso: Apagamos el horno y dejamos que pasen otros 15 minutos más, con el pastel dentro y la puerta cerrada.
Una vez el pastel esté bien horneado, lo sacamos y lo dejamos enfriar completamente antes de desmoldarlo, ya que que es un pastel muy frágil y delicado y se nos puede romper fácilmente.
En el momento que se enfríe ya lo podremos comer. O bien, si lo preferimos, podemos guardar el pastel en la nevera durante un par de horas para que coja temperatura.
VÍDEO