Los seguidores habituales sabéis que me gustan mucho las tartas de queso, ya sean horneadas o sin hornear. Pues bien, recientemente he descubierto una nueva receta de tarta de queso que sin duda se ha convertido en mi tarta de queso favorita, ya que es una receta muy fácil de preparar, queda realmente rica y no lleva base de galleta ni cobertura.

Esta tarta de queso se hornea a una temperatura constante, no es como otras recetas en las que tenemos que estar pendientes de modificar temperaturas durante el horneado. Además se hornea a una temperatura alta (200 ºC), de manera que nos quedará una tarta con un bonito color dorado.

Otra de las cosas que me gustan de esta tarta de queso es que no resulta nada empalagosa a la hora de comerla, y queda con una textura suave, cremosa y jugosa. Su sabor a queso es delicioso y queda con el toque justo de dulzor. Y como os he dicho anteriormente, esta tarta queda tan rica que no se echa en falta ningún tipo de cobertura que la acompañe, ni la típica base de galleta.

Ingredientes de la receta

  • 700 gramos de queso crema
  • 350 mililitros de nata para montar (o crema para batir)
  • 200 gramos de azúcar
  • 5 huevos
  • Una pizca de sal

Elaboración de la receta

En un bol mezclamos bien el queso, el azúcar y la sal. Cuando tengamos una mezcla cremosa, vertemos la nata y la integramos bien.

Vertiendo la nata en la mezcla de queso
Vertiendo la nata en la mezcla de queso

Hecho esto añadimos en la mezcla de queso los huevos de uno en uno, integrando bien el huevo añadido antes de añadir el siguiente.

Integrando los huevos, de uno en uno, en la mezcla de queso
Integrando los huevos, de uno en uno, en la mezcla de queso

En este punto que tenemos una mezcla de queso cremosa, unificada y sin grumos, es el momento de verterla en un molde redondo de 22 centímetros de diámetro.

Vertiendo la mezcla de queso en el molde
Vertiendo la mezcla de queso en el molde

Previamente habremos forrado el molde con dos láminas de papel de hornear. Pondremos las dos láminas enteras, una adherida al molde y la otra encima, con las puntas del papel hacia arriba, de forma que haga la función de pared. Este paso es importante ya que esta tarta crece bastante en el horno y, si no ponemos el papel de este modo, se desbordará la masa.

Tarta de queso antes de hornear
Tarta de queso antes de hornear

Ahora llevamos la tarta al horno para que se cocine durante unos 45-5o minutos. El horno lo habremos encendido previamente a una temperatura de 200 ºC con calor arriba y abajo, y estará caliente, a la temperatura indicada, en el momento de introducir la tarta.

Pasados los 50 minutos de horneado veremos que la tarta ha crecido bastante y la superficie comienza a dorarse; este es el momento de sacarla del horno. Al sacarla del horno y mover ligeramente el molde veremos que el centro de la tarta se tambalea suavemente, como si de un flan se tratase. Esto es totalmente normal, la tarta así está bien cocinada y no debemos introducirla de nuevo al horno. También es completamente normal que la tarta comience a bajar de altura (o desinflarse)  fuera del horno.

Tarta de queso recién horneada
Tarta de queso recién horneada

Una vez fuera del horno, dejamos que nuestra tarta de queso se enfríe completamente a temperatura ambiente y, cuando esté fría, la reservamos unas horas en la nevera.

En el momento de servir la tarta la desmoldamos tirando hacia arriba de las puntas del papel de hornear, retiramos el papel y la colocamos en un plato. Como podéis ver en la siguiente foto, queda una tarta dorada y con un aspecto rústico.

Tarta de queso
Tarta de queso

Y en esta otra foto podéis apreciar detalladamente cómo es el interior de la tarta… ¡dan ganas de comérsela entera!

Porción de tarta de queso
Porción de tarta de queso

A continuación os dejo el vídeo con el paso a paso de esta receta.

Vídeo-receta