Llevo tiempo viendo en las redes sociales fotos y vídeos de un pastel de chocolate muy sorprendente y original, que al cortarlo ni se rompe ni se desmorona, con una textura gelatinosa a la vez que cremosa. Investigando llegué hasta la receta conocida como: pastel-mousse de chocolate japonés, llamado así porque se popularizó en Japón. Pues bien, hoy he preparado la receta y os aseguro que es más fácil de lo que pueda parecer.
El nombre de «mousse de chocolate» despista un poco, ya que la textura final de este pastel de chocolate no es espumosa y aireada, tal y como una mousse. Su textura es más parecida a una gelatina suave y cremosa que se deshace en la boca. Es un postre que me recuerda bastante a unas natillas de chocolate, aunque más denso y con un sabor a chocolate más potente y rico.
Sin duda este pastel mousse de chocolate japonés es un postre perfecto para los amantes del chocolate, los chocolovers, con un intenso sabor a chocolate y un grado de dulzor bastante correcto. Además, es una receta sin horno muy fácil y rápida de preparar. Os recomiendo prepararla porque os va a enamorar.
Ingredientes de la receta
- 200 gramos de chocolate negro
- 30 gramos de cacao puro en polvo
- 4 cucharadas de agua caliente (para diluir el cacao)
- 500 mililitros de nata para montar (o crema para batir)
- 500 mililitros de leche entera
- 100 gramos de leche condensada
- 60 gramos de azúcar
- 16 gramos de gelatina en polvo
- 80 mililitros de agua fría (para hidratar la gelatina)
Elaboración de la receta
Comenzamos mezclando bien el cacao con el agua caliente, hasta que quede disuelto y sin grumos. Lo dejamos reservado para utilizar más tarde.
Seguidamente ponemos la gelatina en polvo en un cuenco y agregamos el agua fría. Dejamos que se hidrate mientras continuamos con la receta.
Ahora en una olla al fuego ponemos la nata, la leche, la leche condensada y el azúcar. Calentamos esta mezcla a fuego suave, sin que llegue a hervir en ningún momento.
En este punto que la mezcla ya está caliente, agregamos el cacao que hemos disuelto al comienzo de la receta y el chocolate troceado. Mezclamos muy bien, para ayudar a que el chocolate se derrita y para que la mezcla no se nos pegue en la olla.
Cuando consigamos tener una mezcla caliente y chocolateada, apartamos la olla del fuego y añadimos la gelatina hidratada. Mezclamos para que la gelatina se disuelva en la mezcla.
Seguidamente vertemos la mezcla en un bol grande, colándola con la ayuda de un colador fino. Esto lo hacemos para evitar que en la mezcla final caigan grumos o restos de gelatina.
A continuación ponemos el bol dentro de un recipiente lleno de agua con hielo y mezclamos continuamente, para que la mezcla se enfríe y espese. Este paso es importante, ya que de este modo enfriamos la mezcla poco a poco y conseguimos una densidad uniforme. En este paso debemos tener cuidado de que no entre nada de agua en la mezcla, así como de que no se cuaje por completo.
Pasados unos 10-15 minutos aproximadamente, ya tendremos la mezcla fría y con una densidad perfecta para verterla sobre el molde, en el que se cuajará el pastel. En mi caso he utilizado un molde rectangular, tipo cake, con una capacidad de 1,7 litros.
Otro paso importante de esta receta es forrar bien el molde con papel de hornear. Untamos un poco de mantequilla (o margarina) por las paredes y el fondo del molde, y seguidamente colocamos el papel de hornear. La mantequilla hará que el papel se quede bien pegado al molde.
En este punto removemos suavemente la mezcla con un palillo. Con ello romperemos las posibles burbujas que tenga la mezcla y esta se cuajara de forma uniforme.
Tapamos la superficie del pastel con el propio papel de hornear y lo reservamos en la nevera de un día para otro.
Tras las horas de reposo desmoldamos el pastel de chocolate, volteándolo sobre una fuente. Comprobaréis que, al haber forrado el molde con el papel de hornear, el pastel cae por si solo y se desmolda perfectamente. Hecho esto, espolvoreamos la superficie de nuestro pastel con un poco de cacao puro en polvo y lo cortamos con un cuchillo bien afilado. Para que el corte salga limpio, calentamos la hoja del cuchillo durante unos segundos con agua caliente, secamos la hoja y cortamos.
A continuación os dejo el vídeo para que veáis el paso a paso de esta receta.