Hoy quiero compartir con vosotros una de mis recetas favoritas: el flan casero, en este caso aromatizado con cítricos y canela. Este postre clásico es ideal para aquellos momentos en los que deseamos disfrutar de algo dulce, suave y reconfortante. Con su textura cremosa y su delicado sabor, el flan se ha convertido en un imprescindible en muchas cocinas. La mejor parte es que, con ingredientes simples y al alcance de todos, puedes preparar este postre en casa sin ninguna complicación.
Lo que más me gusta de esta receta es la forma en que los aromas de la canela, el limón y la naranja infusionan la leche, dándole un toque fresco y aromático que realza el sabor del flan. Además, al prepararlo al baño maría, obtenemos una textura suave y sin grietas, un sello característico de un buen flan casero. Así que, si estás buscando un postre fácil de hacer pero con resultados espectaculares, sigue leyendo para descubrir cómo preparar este delicioso flan de huevo. ¡Manos a la obra!
Ingredientes de la receta
Estas cantidades son para 6 flanes pequeños en moldes individuales:
- 1 litro de leche
- 6 huevos medianos
- 6 cucharadas de azúcar
- 1 cáscara de naranja
- 1 cáscara de limón
- 1 rama de canela
- Azúcar extra para caramelizar los moldes
Elaboración de la receta
1. Infusionar la leche: El primer paso para preparar este delicioso flan es darle un toque de sabor a la leche. Para hacerlo, vertemos el litro de leche en una cacerola y la calentamos a fuego medio. Añadimos una cáscara de naranja, una cáscara de limón (asegúrate de quitar la parte blanca para evitar que amargue) y una rama de canela. Removemos suavemente la leche mientras se calienta, y cuando esté a punto de hervir, la retiramos del fuego. Cubrimos la cacerola con una tapa y dejamos que la leche se impregne del aroma cítrico y especiado. Después, dejamos que la leche se enfríe completamente antes de continuar con los siguientes pasos.
2. Preparar el caramelo: Mientras la leche se enfría, es el momento perfecto para preparar el caramelo que cubrirá la base de los moldes. En una sartén pequeña, a fuego medio, colocamos azúcar (puedes usar aproximadamente 100 gramos, dependiendo de cuántos moldes vayas a caramelizar). Dejamos que el azúcar se derrita poco a poco, sin remover, para evitar que se cristalice. Una vez que el caramelo adquiera un color dorado intenso, lo vertemos rápidamente en el fondo de los moldes o flaneras, cubriendo bien toda la base. Recuerda que el caramelo endurece rápidamente, así que es importante trabajar con agilidad. Deja que los moldes caramelizados se enfríen mientras seguimos con la receta.
3. Batir los huevos y el azúcar: En un bol grande, rompemos los 6 huevos y añadimos las 6 cucharadas de azúcar. Batimos bien la mezcla hasta que los ingredientes estén completamente integrados y los huevos hayan adquirido un color más pálido y una textura ligeramente espumosa. Este paso es fundamental para lograr un flan suave y cremoso.
4. Añadir la leche infusionada: Una vez que la leche esté completamente fría (es importante que no esté caliente para evitar que los huevos se cuajen prematuramente), la colamos para retirar las cáscaras de naranja y limón, así como la rama de canela. A continuación, vamos añadiendo la leche poco a poco a la mezcla de huevos y azúcar, mientras seguimos batiendo para que todo quede bien incorporado y sin grumos.
5. Verter la mezcla en los moldes: Cuando tengamos la mezcla de flan lista, la vertemos en los moldes previamente caramelizados. Es importante no llenarlos hasta el borde, dejando un pequeño espacio para evitar que se derramen al hornear.
6. Cocer al baño maría: El último paso es cocer los flanes al baño maría. Precalentamos el horno a 200 grados y, mientras tanto, colocamos los moldes en una bandeja profunda apta para horno. Vertemos agua caliente en la bandeja, hasta que cubra al menos la mitad de los moldes. Esta técnica asegura que el flan se cocine de manera uniforme y mantenga su textura suave. Horneamos durante unos 30 minutos, o hasta que, al introducir un palillo en el centro, este salga limpio.
7. Enfriar y desmoldar: Una vez cocidos, retiramos los flanes del horno y los dejamos enfriar a temperatura ambiente. Luego, los llevamos al refrigerador durante al menos 2 horas para que adquieran consistencia. Para desmoldar, pasamos un cuchillo por los bordes de cada flan y volteamos los moldes sobre un plato. El caramelo líquido caerá de manera perfecta sobre el flan, creando una presentación irresistible.
¡Y listo! Ya tienes un delicioso flan casero, perfecto para servir como postre en cualquier ocasión. Disfruta de su sabor suave y cremoso, acompañado del toque caramelizado y los matices de los cítricos y la canela. ¡Espero que lo disfrutes tanto como yo!