Hoy os traigo una nueva receta de tarta de queso. Vamos a elaborar una tarta de queso y limón, muy cremosa, sin horno y fácil de preparar.
Esta tarta de queso y limón queda bastante equilibrada, con un rico sabor a queso y a limón. Además queda con un toque dulce perfecto, gracias al dulzor que le aporta la leche condensada.
En esta ocasión he puesto una base de galletas enteras, sin triturar y sin añadir mantequilla; de este modo queda una base más ligera y con una textura tierna que combina muy bien con la cremosidad de la tarta.
Ingredientes de la receta
- Queso crema (300 g)
- Leche condensada (300 g)
- Zumo de limón (65 ml)
- Ralladura de un limón
- Gelatina neutra (2 hojas, equivalentes a 3 gramos en polvo)
- Colorante alimentario amarillo
- Galletas tipo Digestive
(*) Cantidades para una tarta pequeña, usando un molde rectangular de 25×10 cm, 6 cm de alto y 1 litro de capacidad. Para una tarta más grande, multiplicar el número de ingredientes.
(**) Si lo necesitas, puedes consultar las tablas de medidas y equivalencias en cocina y repostería.
Elaboración de la receta
Comenzamos hidratando las hojas de gelatina en abundante agua fría, durante 4 minutos.
Pasado este tiempo la gelatina ya estará hidratada, la rescatamos del agua y la ponemos dentro de un vaso.
Por último llevamos el vaso con la gelatina al microondas durante unos segundos, para que la gelatina se vuelva líquida. Reservamos mientras continuamos con la receta.
A continuación ponemos dentro de un bol el queso crema, la leche condensada, el zumo de limón, la ralladura de limón y la gelatina líquida. Mezclamos muy bien todos los ingredientes, hasta conseguir una crema unificada.
En este punto añadimos a la crema unas gotas de colorante alimentario amarillo y mezclamos. Este paso es totalmente opcional. El colorante dará a nuestra tarta un bonito color limón sin modificar su sabor.
Ahora vertemos la crema en un molde forrado con papel de hornear, alisamos la superficie y colocamos encima las galletas.
Hecho esto, reservamos nuestra tarta en la nevera de un día para otro.
Por último, tras las horas de reposo y en el momento de servir nuestra tarta de queso y limón, la volteamos sobre un plato y decoramos la superficie al gusto. En mi caso la he decorado con unos arándanos, unas hojas de hierbabuena y unas tiras de piel de limón.
A continuación podéis ver el vídeo en el que yo misma preparo y pruebo esta rica tarta.