Como bien sabéis las tartas de queso me vuelven loca, así que hoy os traigo una nueva receta. Se trata de un cheesecake de limón, muy rico y fácil de preparar.
Este cheesecake de limón tiene un toque suave y refrescante a limón, un sabor correcto y nada ácido que combina muy bien con el queso. La textura de esta tarta es cremosa, suave y muy jugosa gracias al zumo de limón.
Como acompañamiento y decoración he puesto un frosting de queso. Una cobertura suave y refrescante que combina muy bien con el conjunto de la tarta.
Ingredientes de la receta
Cheesecake:
- Queso crema (400 g)
- Nata para montar (170 ml)
- Azúcar (120 g)
- Huevos (3 medianos)
- Un limón (zumo 50 ml aprox. + ralladura)
Cobertura:
- Queso crema (100 g)
- Azúcar glas (60 g)
- Zumo de limón (2 cucharaditas)
- Ralladura de limón
(*) Si lo necesitas, puedes consultar las tablas de medidas y equivalencias en cocina y repostería.
Elaboración de la receta
Comenzamos limpiando bien la piel de un limón y la rallamos con la ayuda de un rallador. Hecho esto, exprimimos el zumo del limón. Saldrán unos 50 mililitros de zumo aproximadamente, cantidad que necesitamos para elaborar la receta.
Ahora en un bol mezclamos 400 gramos de queso crema, que tendremos a temperatura ambiente. Seguidamente añadimos e integramos 120 gramos de azúcar y la ralladura del limón. Cuando el azúcar esté bien integrado incorporamos 170 mililitros de nata para montar (o crema para batir), que también tendremos a temperatura ambiente. En el momento en el que la nata esté bien integrada en la mezcla, añadimos tres huevos medianos, de uno en uno.
Por último integramos en la mezcla de queso los 50 mililitros de zumo de limón.
Vertemos la mezcla de queso dentro de un molde de 20 centímetros de diámetro, forrado con papel de horno. Y llevamos la tarta al horno, que lo tendremos precalentado a 200 ºC, con calor arriba y abajo, durante 35-40 minutos.
Pasados 40 minutos nuestra cheesecake de limón estará bien horneada. La tarta tiene que temblar ligeramente al mover el molde. La sacamos del horno y la dejamos que se enfríe completamente a temperatura ambiente. Una vez fría la reservamos en la nevera de un día para otro.
Tras las horas de reposo desmoldamos nuestra tarta y preparamos la cobertura. Para ello mezclamos bien 100 gramos de queso crema con 60 gramos de azúcar glas. Cuando tengamos una crema sin grumos, incorporamos dos cucharaditas de zumo de limón.
En este punto repartimos el frosting de queso en la superficie de nuestra tarta y decoramos con un poco más de ralladura de limón.
Por último lo servimos y disfrutamos de su rico sabor.
A continuación os comparto el vídeo de esta receta.