Hoy quiero compartir con vosotros una receta dulce de aprovechamiento. Se trata de una tarta de pan, leche y canela, en la que aprovecharemos el pan que nos haya podido sobrar del día anterior.
Esta receta de aprovechamiento me ha sorprendido bastante, ya que su textura es muy diferente a la de cualquier otra tarta que haya comido. Tiene una textura densa, suave y algo jugosa; más compacta que la textura de un pudin. En cuanto al sabor, deciros que el sabor predominante es el de la canela, aunque se percibe el toque salado del pan y el ligero aroma del limón.
Ingredientes de la receta
- Pan del día anterior (300 g)
- Leche (700 ml)
- Huevos (5 medianos)
- Azúcar (100 g)
- Canela (2 ramas)
- Piel de un limón
- Nata para montar (100 ml)
- Azúcar glas (1 cucharada)
- Canela en polvo
(*) Si lo necesitas, puedes consultar las tablas de medidas y equivalencias en cocina y repostería.
Elaboración de la receta
Comenzamos aromatizando la leche. Para ello en una olla al fuego ponemos 700 mililitros de leche, junto con las dos ramas de canela y la piel bien limpia de un limón. Cuando la leche comience a hervir, apartamos la olla del fuego y la dejamos reposar durante 10 minutos.
Pasados 10 minutos colamos la leche aromatizada y la reservamos.
Ahora cortamos los 300 gramos de pan duro en cubos y los ponemos dentro de un bol grande. Seguidamente añadimos los 100 gramos de azúcar y la leche aromatizada. Dejamos que el pan se empape bien en la leche durante un par de minutos.
Por últimos añadimos los cinco huevos y, con la ayuda de una batidora, trituramos todos los ingredientes, hasta conseguir una crema densa y homogénea.
Vertemos la mezcla resultante dentro de un molde previamente engrasado con un poco de mantequilla. En mi caso estoy utilizando un molde redondo de 23 centímetros de diámetro. Llevamos la tarta al horno, que lo tendremos precalentado a 180 ºC, con calor arriba y abajo, durante 40-45 minutos.
Tras 45 minutos nuestra tarta de pan ya estará bien horneada. La sacamos del horno y la dejamos que se enfríe completamente a temperatura ambiente. Una vez fría, reservamos nuestra tarta en la nevera de un día para otro.
Pasadas las horas de reposo y antes de servir nuestra tarta, la decoraremos con nata montada. Para ello batimos 100 mililitros de nata para montar (o crema para batir) junto con una cucharada sopera de azúcar glas. La nata estará bien fría y tendrá un 35% de materia grasa para que monte bien. En mi caso he montado la nata con unas varillas de mano durante 4-5 minutos, pero también se pueden utilizar unas varillas eléctricas.
Por último desmoldamos nuestra tarta de pan y cubrimos su superficie con la nata recién montada. También espolvoreamos media cucharadita de canela en polvo.
En este punto ya tenemos nuestra tarta de pan, leche y canela lista para comer.
A continuación os dejo el vídeo con el paso a paso de esta receta.