Hoy vamos a disfrutar preparando y comiendo un delicioso flan de yogur y limón. Una nueva receta de flan casero elaborado con ingredientes cotidianos.
Se trata de un flan con sabor a yogur en el que también se percibe un ligero toque a limón. Su textura es cremosa, a la vez que algo áspera, debido a la mezcla del yogur y el limón. Precisamente y gracias a este sabor a limón, resulta un flan refrescante que os recomiendo comer bien frío.
Para endulzar este flan de yogur y limón vamos a utilizar leche condensada, ya que me encanta la cremosidad que aporta a los flanes. A pesar de ello, os aseguro que no resulta un flan excesivamente dulce ni empalagoso.
Ingredientes de la receta
- Huevos (6 medianos)
- Yogur natural sin azúcar (500 g)
- Leche condensada (370 g)
- Leche (200 ml)
- Zumo de un limón (unos 70 ml)
- Azúcar (150 g)
- Agua (1 cucharada)
(*) Si lo necesitas, puedes consultar las tablas de medidas y equivalencias en cocina y repostería.
Elaboración de la receta
Comenzamos preparando el caramelo. Para ello en una sartén al fuego, a fuego medio-bajo, ponemos 150 gramos de azúcar y una cucharada de agua. Dejamos que el azúcar se funda y se convierta poco a poco en caramelo. Tras unos minutos ya tenemos un caramelo líquido y con un bonito color ámbar. Apartamos la sartén del fuego y vertemos el caramelo dentro de un molde o flanera.
Seguidamente en un bol batimos seis huevos medianos. Añadimos 500 gramos de yogur natural sin azúcar, 370 gramos de leche condensada, 200 mililitros de leche y el zumo de un limón (unos 70 mililitros). Mezclamos hasta conseguir una mezcla de flan unificada.
En este punto, vertemos la mezcla de flan dentro del molde o flanera que caramelizamos anteriormente. El molde lo habremos puesto dentro de un recipiente más grande, ya que hornearemos nuestro flan al baño María. Por último, vertemos agua bien caliente dentro de este recipiente y lo llevamos al horno, que lo tendremos precalentado a 200 ºC, con calor arriba y abajo, durante 45-50 minutos.
Pasados 50 minutos nuestro flan de yogur y limón ya estará bien cuajado. Lo sacamos del horno y lo dejamos que se enfríe a temperatura ambiente. Una vez frío, reservamos nuestro flan en la nevera de un día para otro.
Tras las horas de reposo y en el momento de servirlo, desmoldamos nuestro flan volteándolo sobre un plato.
A continuación os dejo el vídeo de esta receta.