Hoy vemos cómo hacer magdalenas caseras con copete. Unas magdalenas fáciles de preparar que quedan tiernas, esponjosas y con un delicioso sabor.
Esta receta de magdalenas caseras nunca falla. Tan solo tenéis que utilizar los ingredientes indicados, seguir el paso a paso y tener en cuenta los trucos que os indico para que os queden perfectas.
Os aseguro que una vez que preparéis estas magdalenas jamás volveréis a comprar las comerciales, ya que están mucho más ricas tanto de sabor como de textura. Además son más naturales y saludables, no contienen conservantes ni colorantes y están elaboradas con ingredientes cotidianos y económicos.
Ingredientes de la receta
- 3 huevos medianos
- 175 gramos de azúcar
- 190 gramos de aceite de oliva (o aceite de girasol)
- 60 gramos de leche
- 210 gramos de harina de trigo común
- 5 gramos de levadura química (o polvo para hornear)
- Una pizca de sal
- Ralladura de un limón
Elaboración de la receta
En un bol grande ponemos los huevos junto con el azúcar y, con unas varillas eléctricas, batimos durante unos minutos, hasta que los huevos doblen su volumen y obtengamos una mezcla espumosa y blanquecina. El batir bien los huevos es el primer truco para conseguir unas magdalenas esponjosas y con copete.
Hecho esto y sin parar de batir vertemos en la mezcla el aceite y la leche. Una vez que los hayamos integrado añadimos también la ralladura de limón y tamizamos, con la ayuda de un colador, la harina, la levadura química (o polvo para hornear) y la sal. Seguidamente continuamos batiendo a baja velocidad, hasta conseguir una masa lisa y sin grumos.
Ahora que tenemos terminada nuestra masa de magdalenas, la reservamos en la nevera durante 1 hora como mínimo. Este sería el segundo truco para que nos queden unas magdalenas esponjosas y con copete: la masa tiene que estar reposada y fría en el momento de ser horneada.
En la siguiente imagen podéis comprobar el estado de la masa tras el reposo: ha cambiado ligeramente de color y la superficie está llena de pequeñas burbujas.
A continuación colocamos unas cápsulas de papel en los huecos de un molde para magdalenas. Ponemos nuestra masa en una manga pastelera, para facilitar su distribución, y llenamos cada una de las cápsulas. Tendremos cuidado de llenar tan solo las tres cuartas partes de cada cápsula, ya que al hornear la masa crece y así evitamos que se desborde.
Seguidamente espolvoreamos un poco de azúcar sobre la superficie de la masa, en cada una de las magdalenas. Esto es totalmente opcional, pero al poner el azúcar se crea una capa crujiente muy rica.
En este punto llevamos nuestras magdalenas al horno. Habremos encendido el horno previamente y en el momento de meter las magdalenas lo tendremos caliente, a una temperatura de 250 ºC con calor arriba y abajo. Cuando las magdalenas estén dentro del horno y hayamos cerrado la puerta de este, bajamos la temperatura a 210 ºC y dejamos que se horneen durante 14-15 minutos. El hornear las magdalenas a alta temperatura es el tercer truco para que nos queden unas magdalenas perfectas y con copete, ya que el contraste de temperaturas, entre la masa fría y el horno muy caliente, ayuda a que crezcan rápido y de manera uniforme.
Tras 15 minutos ya tenemos nuestras magdalenas caseras bien horneadas. Las sacamos del horno y dejamos que reposen dentro del molde durante 5 minutos. Pasado este tiempo sacamos las magdalenas del molde, con cuidado de no quemarnos, y las colocamos sobre una rejilla para que se enfríen completamente.
Una vez frías ya podemos comer estar ricas magdalenas caseras con copete.
A continuación os dejo el vídeo con el paso a paso de esta receta.