Siempre he tenido ganas de hacer quesada pasiega en casa, pero nunca me decidía porque pensaba que era una receta complicada de preparar. Una idea equivocada, ya que la quesada es una receta bastante sencilla de elaborar en casa, sobre todo si la elaboramos con yogur en lugar de leche fresca cuajada, que es el ingrediente principal con el que se elabora la quesada pasiega tradicional típica de los Valles Pasiegos (Cantabria).
Para los que no conozcáis este dulce, deciros que la quesada es una tarta o pastel cuajado elaborado a base de leche fresca cuajada, huevos, azúcar, mantequilla y harina. Tiene una textura densa, tipo pudin, que recuerda ligeramente a la leche frita.
La quesada que hoy vamos a preparar se elabora con yogur, en lugar de leche fresca cuajada, y es una receta fácil y muy rápida de preparar. Lo mejor de todo es que queda muy rica, con un sabor suave en el que predominan los toques aromáticos de la canela y del limón, y con una textura muy cremosa y agradable.
Ingredientes de la receta
- Yogur natural sin azúcar (125 g)
- Leche (500 ml)
- Mantequilla (100 g)
- Huevos (2 medianos)
- Azúcar (200 g)
- Harina (150 g)
- Ralladura de un limón
- Canela (media cucharadita)
(*) Si lo necesitas, puedes consultar las tablas de medidas y equivalencias en cocina y repostería.
Elaboración de la receta
En un bol ponemos los huevos junto con el azúcar y los batimos bien. Seguidamente añadimos el yogur y la mantequilla, previamente derretida y fría. Mezclamos hasta que el yogur quede integrado.
A continuación vertemos la leche, la harina, la canela y la ralladura de limón. Mezclamos el conjunto de ingredientes, con la ayuda de unas varillas, hasta obtener una masa unificada y sin grumos.
Por último vertemos la masa de la quesada en un recipiente o molde rectangular apto para el horno, al que previamente le habremos untado un poco de mantequilla, tanto en la base como en las paredes. Es importante utilizar un recipiente alto, ya que la quesada aumenta su volumen durante el horneado y no queremos que la masa se desborde dentro del horno.
Y lo llevamos al horno, que lo tendremos precalentado a 180 ºC con calor arriba y abajo, durante unos 50-60 minutos.
Pasado el tiempo de horneado nuestra quesada estará bien cuajada y dorada. La sacamos del horno y dejamos que se enfríe completamente dentro del propio recipiente en el que la hemos horneado.
Tal y como podéis apreciar en la siguiente imagen, la quesada ha aumentado su volumen durante el horneado. Fuera del horno, y a medida que se vaya enfriando, la quesada bajará su volumen poco a poco. Esto último es totalmente normal.
La quesada de yogur se puede comer tanto templada como fría, aunque la mejor forma de disfrutar de todo su sabor y textura es comiéndola a temperatura ambiente, cortada en pequeñas porciones.
A continuación podéis ver el vídeo con el paso a paso de esta receta.