Ya os conté hace un año, en el post de las torrijas de miel y vainilla, lo mucho que me gustan las torrijas desde pequeña, ya que era un dulce que siempre preparaba con mi madre y, gracias a esos momentos, floreció mi amor por la cocina.
Hoy en día existen muchos tipos de torrijas: las clásicas torrijas de leche, con chocolate, con dulce de leche, torrijas con leche vegetal (para alérgicos e intolerantes a la leche), etc. También se preparan con varios tipos de pan, bollos o incluso se hacen torrijas con bizcocho.
A mi una de las recetas de torrijas que más me gustan son «las de toda la vida», las que están bien empapadas en leche (aromatizada con canela) y rebozadas en una mezcla de azúcar y canela. Estas son las que vamos a preparar hoy: las tradicionales torrijas de leche con azúcar y canela.
Las torrijas son un postre tradicional de la Semana Santa pero, si te gustan tanto como a mi, puedes comerlas todo el año, ya que son fáciles de preparar, sus ingredientes son muy cotidianos y están muy ricas.
INGREDIENTES
(para 14 torrijas medianas aprox.)
- 1,5 litros de leche entera
- 2 barras de pan
- 3 ramas de canela
- Azúcar (8 cucharadas para endulzar la leche y otro tanto para el rebozado final)
- 1 cucharadita de canela
- 3 huevos
ELABORACIÓN
Lo primero que vamos a hacer para elaborar las torrijas es infusionar la leche con las ramas de canela. Para ello ponemos toda la leche y la canela en una olla y lo llevamos al fuego, dejando que se caliente bien.
Justo antes de que comience a hervir apartamos del fuego, agregamos las ocho cucharadas de azúcar (para endulzar la leche) y dejamos reposar 10-15 minutos. Esto lo hacemos para que la canela desprenda todo su aroma en la leche.
Una vez hayan pasado los 10-15 minutos de infusión, ponemos la leche caliente en un recipiente hondo para comenzar a hacer las torrijas.
Cortamos el pan en rebanadas anchas, de unos 2 ó 3 dedos, y las ponemos a remojo en la leche caliente, e iremos dando la vuelta a las rebanadas de pan para que se empapen bien por ambos lados.
Una vez que el pan está bien mojado en la leche, sin que llegue a romperse la rebanada, lo vamos sacando a un escurridor (para que escurra un poco la leche sobrante).
Seguidamente rebozamos bien las rebanadas en el huevo batido…
… y las freímos en una sartén con abundante aceite de oliva.
Cuando las torrijas estén doradas por ambos lados, las sacamos a un plato con papel absorbente, para que pierdan el exceso de aceite.
Por último rebozaremos bien nuestras torrijas ya fritas en la mezcla de azúcar y canela.
Y ya tenemos las torrijas de azúcar y canela listas para servir y comer.
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