Hoy vemos cómo hacer pestiños caseros. Un dulce tradicional de Semana Santa muy fácil de preparar en casa.
Para los que no conozcáis este dulce típico, os diré que se trata de una masa frita elaborada con harina, vino, aceite, semillas de anís y semillas de sésamo. Una masa muy aromática que, tras freírla, se reboza en un almíbar de miel para endulzarla. Aunque también se puede rebozar en azúcar.
Los pestiños quedan dulces, crujientes y con un sabor muy rico. Además, tanto las semillas de sésamo como las semillas de anís le aportan un sabor y una textura muy interesante.
Ingredientes de la receta
- Harina de trigo (150 g)
- Aceite de oliva virgen extra (65 ml)
- Vino blanco (65 ml)
- Sal (una pizca)
- Semillas de anís (1 cucharadita)
- Semillas de sésamo (1 cucharadita)
- Piel de limón y de naranja
- Miel (70 g)
- Agua caliente (un chorrito / 20 ml)
(*) Si lo necesitas, puedes consultar las tablas de medidas y equivalencias en cocina y repostería.
Elaboración de la receta
Comenzamos aromatizando el aceite con las pieles de los cítricos. Para ello limpiamos y cepillamos bien bajo el grifo una naranja y un limón, los secamos y cortamos unas tiras de piel de ambos. Debemos procurar no cortar la parte blanca, para que no aporte amargor. Seguidamente en un cazo ponemos el aceite y añadimos las pieles de los cítricos, unas dos o tres tiras de cada uno. Ponemos el cazo al fuego, a fuego medio-bajo, y dejamos que el aceite se caliente y aromatice.
En el momento en el que el aceite esté caliente y comience a chisporrotear, apartamos el cazo del fuego y añadimos las semillas de anís y de sésamo. En este punto dejamos que el aceite se atempere.
Tras unos minutos retiramos las pieles de los cítricos del aceite y vertemos este, junto con las semillas, en una taza. Hecho esto dejamos que el aceite se enfríe.
Una vez que el aceite esté frío continuamos con la receta. En un bol ponemos la harina, una pizca de sal y el vino blanco. Mezclamos y vertemos el aceite aromatizado junto con las semillas.
Mezclamos bien hasta integrar todos los ingredientes y formar una masa. Cuando todos los ingredientes estén unificados, amasamos durante un par de minutos con las manos.
Formamos una bola con la masa resultante y la dejamos reposar dentro del bol durante 30 minutos.
Pasado el tiempo de reposo, colocamos la masa en la superficie de trabajo y la estiramos con la ayuda de un rodillo. La masa estirada tiene que quedarnos fina, pero sin que llegue a romperse. Con un cuchillo cortaremos la masa formando cuadrados iguales, como se ve en la siguiente foto. Ahora con cada cuadrado de masa formamos los pestiños: doblamos una esquina del cuadrado hacia el centro, presionamos, y doblamos del mismo modo la esquina contraria. Nos mojamos la yema del dedo con un poco de agua y presionamos en el centro, para ambas esquinas queden bien selladas.
Continuamos formando el resto de los pestiños del mismo modo. Con los recortes de la masa formamos una bola, la estiramos de nuevo, la cortamos y formamos más pestiños.
Ahora que hemos formado todos los pestiños, unos doce en total, comenzamos a freírlos. Los añadimos, por tandas, en un cazo con abundante aceite caliente. El aceite lo tendremos a fuego medio-alto, para que los pestiños se frían bien sin absorber demasiado aceite. Iremos volteando los pestiños para que se doren bien por ambos lados. Una vez dorados los sacamos del aceite, escurriéndolos bien, y los reservamos en un plato con papel absorbente, para que pierdan el exceso de grasa.
En este punto que ya hemos frito todos los pestiños, preparamos un almíbar de miel para rebozarlos. En un cuenco ponemos 70 gramos de miel y añadimos un chorrito de agua bien caliente. Mezclamos y comenzamos a rebozar en este almíbar los pestiños fritos. Es importante que los pestiños queden bien cubiertos por el almíbar. Si lo preferís, también podéis rebozar los pestiños con azúcar o con una mezcla de azúcar y canela.
Una vez cubiertos de miel ya los tenemos listos para comer.
A continuación podéis ver el vídeo con el paso a paso de esta receta.