Hoy vemos cómo hacer panacota (o «panna cotta«), un postre de origen italiano a base de nata, azúcar y gelatina. Yo he preparado mi propia versión de panacota, en la que sustituyo el azúcar por la miel y añado queso Mascarpone a la mezcla.
Esta receta de panacota de queso y miel queda muy suave y cremosa, con un toque dulce muy agradable gracias a la miel. Además su textura no es demasiado gelatinizada, es muy similar a la textura de un flan. Es un postre fácil de preparar y con una mezcla de sabores muy rica y especial.
VÍDEO-RECETA
INGREDIENTES
(para 4 panacotas)
- 250 gramos de queso Mascarpone (o queso crema)
- 200 mililitros de nata para montar (o crema para batir)
- 50 mililitros de leche
- 4 cucharadas soperas de miel
- 3 hojas de gelatina (5 gramos de gelatina en polvo o grenetina)
Papara decorar:
- Miel
- Frutos rojos
ELABORACIÓN
En un cazo ponemos el queso, la nata y la leche, y lo llevamos al fuego. Removemos bien los ingredientes, para que el queso se deshaga mientras se calienta la mezcla.
Mientras el queso, la nata y la leche se calientan, hidratamos las hojas de gelatina. Para ello las sumergimos en abundante agua fría durante 5 minutos.
Ahora que la mezcla de queso, nata y leche está caliente, la apartamos del fuego y agregamos la miel. Removemos bien para que la miel se integre con el resto de ingredientes.
Seguidamente rescatamos las hojas de gelatina ya hidratadas, las escurrimos bien del exceso de agua y las ponemos en el cazo en el que tenemos la mezcla caliente de queso, nata, leche y miel. Mezclamos bien para que las gelatinas se deshagan en la mezcla. En este punto ya tenemos la panacota terminada.
A continuación vertemos la panacota en unos vasitos o flaneras individuales, previamente pincelados con aceite para que luego sean más fácil de desmoldar.
Ahora dejamos que nuestras panacotas se enfríen a temperatura ambiente. Una vez frías las tapamos con papel film y las llevamos a la nevera un mínimo de 4 horas. A mí me gusta dejarlas en la nevera de un día para otro.
Tras el tiempo de reposo nuestras panacotas de queso y miel estarán bien cuajadas y listas para desmoldar. Para desmoldarlas ponemos agua caliente en un bol e introducimos los vasitos, cubriéndolos hasta la mitad aproximadamente. Dejamos los vasitos en el agua un minuto, los sacamos y les damos la vuelta (los volcamos) sobre un plato, dándolos unos golpecitos en los laterales, hasta que las panacotas caigan por sí solas.
En este momento ya tenemos nuestras panacotas listas para comer. Yo las he acompañado de unos frutos rojos y de un buen chorro de miel.